Amanecía el sábado con un radiante sol. Cansados por el duro trabajo de los días anteriores pero con gran ilusión por lo que se avecinaba. Todo estaba listo para la salida. El altar de insignias con todo preparado hasta el mínimo detalle, las calles decoradas para recibir a la Señora, la Parroquia engalanada para uno de sus días grandes, el paso exornado con mucho cariño y mimo por los floristas, todo listo para el gran día.
A las doce de la mañana tenía lugar una eucaristía por nuestro Director Espiritual delante del paso de nuestra titular, una eucaristía de la que nutrirnos y prepararnos para la Salida de la Virgen. Tras la eucaristía fueron muchas las Hermandades así como la corporación municipal quienes visitaron a la Santísima Virgen y realizaron ofrendas de flores a nuestra titular. A las dos de la tarde se cerraban las puertas del templo y en el interior del mismo se terminaban los últimos detalles.
Nuestros jóvenes comenzaban una ardua tarea en la Plazuela, bajo un caluroso sol comenzaban a construir la gran alfombra de sal que recibiría la Santísima Virgen por la tarde.
A las ocho menos cuarto comenzaba a salir el cortejo de la procesión, quince minutos antes de la hora de salida habitual y que era una de las pequeñas modificaciones de presente año. El cortejo era encabezado por la cruz alzada y faroles que estrenaban nuevos ropajes con esclavinas beige brocadas en oro y cíngulos en color oro y blanco. Tras la cruz numerosos niños de comunión que quisieron acompañar a la Virgen. Después de los niños de comunión nos acompañaron diversos grupos jóvenes así como varias Hermandades de nuestra feligresía. Tras las diversas representaciones los niños vestidos de monaguillos y angelitos que dotan de una alegría y peculiaridad al cortejo de la Virgen, abriendo dicho tramo el Banderín del Grupo Joven acompañado por varas y cerrando el mismo la Bandera Concepcionista. Por último formaban parte del cortejo el Estandarte Corporativo, recientemente restaurado, y la presidencia y acólitos.
El paso de la Virgen, que lucía bellamente engalanado por el joven florista Antonio Rodríguez Colorado y nuestro Prioste José Antonio García con azucenas y gladiolos en los laterales y esquinas, rosas blancas en las jarras de la peana y para los frisos azucenas, rosas de pitiminí, lisiantus, fresias y rosas blancas. En el frente dos codales pintados rindiendo honor al 125 aniversario de la Hermandad del Águila y quince aniversario del hermanamiento y otra como oración por los Cristinos Perseguidos con el logo de la Fundación ACN España. Junto a las piezas de orfebrería nuevas que componían el paso lucía también el frontal recién restaurado que relució cuando a las ocho de la tarde los rayos de sol iluminaban a la imagen de la Virgen cruzando el dintel de la puerta.
La Virgen avanzó por la calle Canalejas y Méndez para tomar calle San Sebastián. Este año en lugar de girar por calle Santa Ana como venía haciendo habitualmente avaznó hasta Plaza Almazara donde los jóvenes habían preparado una bella alfombra de pétalos de rosa. A la llegada a dicha plaza tuvo lugar un pequeño suceso, el Divino Infante al igual que cualquier niño, lanzó uno de sus zapatos, hecho que conmovió a todos los presentes.
Tras girar por plaza Almazara tomó calle Mairena donde, a la altura de la callejuela del Carmen, sonó la marcha Eterno Descanso en honor a la Hermandad del Santo Entierro que celebra el aniversario de sus titulares. A la llegada a la plazuela, con un aforo de público completo, la Virgen atravesó una bella alfombra de sal realizada por los jóvenes.
En la Plaza Cervantes una representación del Consejo Local de Hermandades recibía a la Santísima Virgen. Una vez tomada la Calle la Plata ya se sentía que llegaba el final, pero en nuestra Hermandad el final significa uno de los momentos más especiales. Su paso por la Calle Pérez Galdós donde la espera un bello arco de flores y el son de una campana y una lluvia de pétalos al atravesarlo. Pero este año, por vez primera, se sumaba un hecho especial, un miembro de nuestro grupo joven y coro de la Hermandad, Santiago Cano Barello, cantó a la Virgen una sevillana desde un balcón junto al arco. Todos esos pequeños detalles hicieron del momento algo único y especial para nuestra Hermandad y que emocionó a la mayoría de los presentes.
Tras la calle Pérez Galdós tomó Gutiérrez de Alba, también engalanada este año y donde la virgen recibió una segunda petalá a final de la misma. Bella fue también la entrada al templo así como su discurrir por el interior del mismo donde el coro cantó a la Virgen la marcha «A mi Blanco y Dulce Nombre».
Daba por finalizada la Procesión de nuestra titular entre los abrazos y muestras de cariño de nuestros hermanos unos a otro y entre multitud de felicitaciones, pero es nuestra Hermandad la que tiene que dar gracias, gracias a todos los grupos que conforman la Hermandad porque sin la gran colaboración de cada uno de ellos no habría sido posible, en este caso agradecer de mención especial al grupo joven de nuestra Hermandad por su gran trabajo en cada detalle colocado con tanto cariño para la procesión de la Virgen, a todos nuestros hermanos y devotos que acompañaron a nuestra titular así como al gran número de hermandades y grupos jovenes que quisieron acompañaron en un día tan importante para nosotros, gracias también a todos los monaguillos, angelitos y acólitos por su buen estar en la procesión de la Virgen. En general Gracias con mayúsculas a cuantos han hecho posible todos nuestros cultos y procesión.
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